lunes, 25 de mayo de 2009

EL PODER DE LAS PALABRAS


Un día cualquiera en mi vida como profesora, iba yo de una clase a otra, centrada en mis cosas, mis libros, mis apuntes, mis exámenes… Como una autómata cambiaba de aula, tratando de explicar lo que tocara ese día, intentando que los alumnos me escucharan, que entendieran las explicaciones, que participaran…Era uno de esos días en los que sientes que eres transparente, que nadie te escucha o te atiende, que a nadie le importa lo que digas o hagas. Era uno de esos días en los que me sentía mal, parecía que llevaba una nube de tormenta encima de la cabeza…

…Y de pronto, el milagro ocurrió. Entré en el aula en la que tenía la siguiente clase y escuché una voz que decía:

-“Hola, Bea, ¿qué tal estás? ¿Cómo llevas el día?”

Yo alcé los ojos y vi la sonrisa dulce de una alumna que me miraba esperando una respuesta. En aquel momento dejé de ser transparente y la nube de tormenta se había esfumado. Aquella chica había conseguido alegrarme el día con aquel puñado de palabras.

Las palabras tienen un poder, una fuerza imparable. Todos deberíamos usar ese poder para hacer felices a los demás. Es muy fácil.


Beatriz Lardón.

1 comentario:

anita dijo...

En las pequeñas cosas, la felicidad, sentirte bien con las pequeñas cosas...con la leve sonrisa de una alumna que te pregunta "¿cómo estás?" y espera escuchar una respuesta. Así de sencillo es todo. Entonces,¿por qué lo hacemos tan complicado?
Si después de la tormenta siempre llega la calma, las nubes se van, a menudo vuelve el sol,...y, con suerte aparece el arco de colores en alguna parte y cuando lo ves, por cotidiano que sea siempre dices: ¡Mira! ¡El arco iris!...y sin querer, sonríes.
Besos